Puerto Padre en manos del pueblo mismo

Por: Rosa María Ramírez Reyes.

 

Cae la noche del 24 de diciembre de 1958. Oriente enardecía con la bravura de sus rebeldes; la ofensiva entraba en su fase final. Integrantes de la Columna Cuatro Simón Bolívar dirigidos por Delio Gómez Ochoa,  junto a dispuestos soldados de la verdad y la justicia que apoyaban la lucha armada desde la clandestinidad en la zona tomaban a Puerto Padre. La hora de vencer o morir había llegado. No importaba el precio, las ansias de libertad eran razón suficiente.

 

La historia contempló orgullosa aquella página escrita con sangre, sudor e hidalguía, se imponía el amor sin límites por la patria. Era el 25 de diciembre de 1958 y Puerto Padre quedaba en manos de los Rebeldes, que era el pueblo mismo.

 

Transcurrieron 51 años de aquel día de diciembre en que nuestro Puerto Padre era libre; la Revolución había triunfado aquí.

 

Muy pronto la realidad se fue transformando y el hombre y la mujer se convirtieron en artífices de una obra nueva.

 

Manos negras y blancas; jóvenes y añejas construyen una sociedad diferente con la esencia rebelde de ayer.

 

Hondo caló en los sentimientos el día de diciembre que proclamó el triunfo en Puerto Padre, desde entonces una máxima mantiene en pie a este pueblo de tradición heroica y es que al pasado jamás, los pasos abren nuevos caminos en la edificación de un socialismo superior.

 

51 años después veneramos a quienes empuñaron armas y desafiaron la muerte, a todos los que se entregaron a la causa revolucionaria. Honrarles hoy es deber sagrado de hijos agradecidos.

 

En los nuevos horizontes el ejemplo de cada uno de ellos es luz imprescindible.