Ala y color en el periodismo digital
Por: Grabiel Peña González.
La acelerada expansión de Internet por el archipiélago cubano y la necesidad de divulgar al mundo nuestras realidades como creación, costumbres, aspiraciones y proyectos con el propósito de fijar ideas entre amigos y quienes no lo son, posibilitó el nacimiento de Sitios y Portales Web diseñados para cumplir el propósito.
Tan diversas, como las formas de decir de periodistas, editores, fotógrafos y demás trabajadores de la comunicación, son las ediciones digitales en el entorno isleño.
Partiendo del conocimiento de que los internautas acceden a la red en busca de información actualizada sobre los más diversos temas sociales, culturales, deportivos, económicos y científicos, y de que no se dispone de todo el tiempo deseado para ello, entonces el producto informativo propuesto debe acercarse a la perfección y a la excelencia en el dominio de la técnica periodística.
La lengua es el depósito de las imágenes acústicas. La expresión oral cuenta con la posibilidad de apoyarse en otros recursos como los gestos, inflexiones y modulaciones de la voz.
Por su parte, la expresión escritura solo posee un medio: la representación gráfica, lo que obliga al comunicador a emitir un mensaje más completo y acabado.
Los medios se diferencian entre sí por sus soportes: texto, sonido e imágenes, pero el centro en cada uno de ellos es la palabra, sonido oral o escrito con que se expresa el pensamiento.
Las Páginas Web se multiplican. Surgen en escenarios geográficos diferentes, pero en cada uno existe un reflejo de la obra que sale de las manos de sus pueblos y que resulta necesario dar a conocer al mundo. “Hay tanto que decir...”.
Es difícil dar a conocer toda la diversidad de los hechos cotidianos: producciones y servicios, inversiones, alumbramiento de seres, atención sanitaria, accidentes, procesos de estudio, manifestaciones culturales y deportivas, reuniones de masas, de gobernantes y otras acciones del hombre que busca transformar para sí su vida material y espiritual.
Cada quien hace su aporte al trabajo útil, según la profesión, el oficio e interés. Lo nuestro es reflejar ese medio lleno de valores, pero tratamos de ser originales con un criterio selectivo e informador.
Hablamos de criterio selectivo con el fin de incluir en él, nada más que lo necesario e informador en el sentido de destacar la evolución de los sucesos en los aspectos de compromisos y resultados en la comunicación de ideas.
En este aspecto se emplea el concepto de comunicación con el significado de que el escritor de la historia cotidiana desee transmitir su punto de vista sobre el acontecimiento, y a la vez, tenga en cuenta despertar el interés con lo que piense expresar. En toda comunicación, no vasta con que el emisor tenga la voluntad de decir si el receptor no está dispuesto a recibir el mensaje.
Todo se puede “... decir... en el menor número de palabras posibles...”.
Siempre empezamos a cumplir nuestra tarea de cada día, preguntándonos: ¿Qué desea y necesita saber el internauta? Después investigamos hasta acumular el conocimiento suficiente sobre el contenido a incluir en el mensaje; sin embrago, todo lo sabido no aparece en el texto elaborado porque hemos hecho una selección de lo más importante. Aquí están presentes el análisis y la síntesis como proceso del conocimiento. El análisis nos permite la descomposición de un fenómeno complejo en elementos más simples, lo cual facilita determinar lo esencial de aquello que no lo es.
Mientras que la síntesis nos lleva por el camino de lo esencial para unir lo singular y lo general.
Hay quienes prefieren no tener en cuenta este procedimiento, al entender como mensaje bien elaborado aquel donde aparecen explicados todos los aspectos sin sujeción a cantidad de palabras. Si una palabra concentra la mente sobre el concepto principal, hay que decirla; si la distrae, debe rechazarse.
Los elementos intrascendentes no influyen en la razón y sentimientos de los asiduos a la red de redes, porque estos prefieren encontrar el valor de los argumentos por el efecto que causan en el nivel de satisfacción.
De ahí la importancia de usar el comienzo atractivo en nuestros trabajos. Las palabras que empleemos deben ser simples, accesibles, fáciles de comprender, interesantes. La búsqueda de un inicio similar es un trabajo creador.
El uso del encabezamiento llamativo no requiere, necesariamente, de un aprendizaje técnico. Ello es posible con imaginación y disposición de informar mejor.
Ser ejercicio cotidiano, individual y colectivo, el “encabezamiento inesperado” será haber llegado al inicio del camino a transitar, porque “es poco apoderarse de la atención del internauta, hay que saber retener la atención del público a lo largo de todo el comunicado, o sea, asegurar la estabilidad de la atención”.
Despertar el interés de las personas que buscan nuestros mensajes y decir para influir en su conciencia es la senda de los buenos comunicadores. Por eso es imprescindible “… que cada palabra lleve ala y color”.
Ya se ha dicho: la comunicación es la interrelación entre dos o más personas, a través de la cual logran entenderse. Esto se logra cuando el internauta, hombre, mujer, joven, adolescente, niño, que recibe el mensaje, tiene interés en el tema y el informador se hace entender por el receptor. Toda palabra o frase dichas deben contribuir directamente a la expresión de la idea o noticia que se pretende transmitir.
Lo que usted desea expresar, “dígalo claro, conciso, concreto, correcto, cortés”.
Cuanto hemos dicho responde a nuestra inquietud por interpretar esta frase de José Martí que aparece dosificada en la descripción de la idea.
“Hay tanto que decir, que ha de decirse en el menor número de palabras posibles: eso sí, que cada palabra lleve ala y color”.
Ala, en el sentido de que el mensaje llegue rápido y tan lejos como sea posible y color, referido a que el comunicador exprese la idea que desea fijar con profundidad y elegancia.
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