Reinicio de la guerra necesaria
Por: Rosa María Ramírez Reyes.
La caballeriza mambisa otra vez se reagrupaba para avanzar en la lucha emancipadora que en 1868 había iniciado Céspedes en la Demajagua.
Progresaban así las ideas más radicales de soberanía e independencia y se dejaban ver las luces de un camino hacia el fin del yugo opresor. El 24 de febrero de 1895 reiniciaba la guerra en pos de una Revolución justa para los humildes. Martí, Gómez y Maceo la habían gestado y se convertían en líderes excepcionales de la nueva etapa.
Desde Baire, en el oriente bravío se irradiaba a toda Cuba espíritu batallador; la clarinada mambisa era el llamado al combate necesario.
De ese terruño, José Martí escribió: Yara, Bayamo y Baire, Cuba algún día tendrá en cuenta sus hazañas y sus hombres, la Patria está en deuda con pueblos tan generosos. Si México tuvo su Dolores, Cuba tiene su Baire. Quedaba así escrito en el sitial más elevado del verbo la valía y nobleza del suceso.
Los mambises extendían con su impetuoso paso la lucha hasta occidente, y en ese propósito llegaban hasta cada rincón del país para despertar a la Cuba colonial y levantarla contra la metrópoli.
Para volver a la guerra, antes Martí había fundado el Partido Revolucionario Cubano como instrumento político de los tiempos de combate necesario. Desde el exterior el alzamiento de Baire se concibió como la bandera imprescindible para el hacer posterior.
Al filo del machete, y con la carga enérgica de ideales los campos de batallas otra vez fueron cómplices del cubano digno, guerrero por la independencia, desafiador del español que por siglos le explotaba.
Martí, Gómez y Maceo como antes lo habían hecho Céspedes, Vicente García y Agramonte entregaron enseñanzas extraordinarias a los nuevos jefes de la lucha armada.
El reinicio de la guerra por la independencia o Grito de Baire como se conoce en la historia patria marca un momento importante en el desarrollo de la nación cubana.
117 años después la diana mambisa, nos recuerda que desde entonces batallamos contra enemigos fuertes, pero, que por encima de ese poderío distingue el andar consciente y ejemplo indeleble de los hombres y mujeres que abonaron con su sangre el camino de la libertad definitiva.
0 comentarios