Medio siglo de Canto a la Revolución
Por: Rosa María Ramírez Reyes.
Testigo del tiempo y como elemento identitario de Puerto Padre cumple este 7 de julio medio siglo de existencia el mural Canto a la Revolución, que resalta en la fachada del hospital pediátrico Raymundo Castro Morales.
Su majestuosidad le distingue; también el valor patrimonial e histórico, pues refleja una época de nacimiento de una era de inclusión social, y que despertaría amor sin límites por el hacer común.
Creación suprema y pasión se fundieron en el proyecto de la mexicana Electa Arenal Huerta (México, 1935-1969), esposa del arquitecto Gustavo Vargas Escoboza, quien ejecutara el proyecto de remodelación del entonces hospital regional.
El mural escultórico Canto a la Revolución constituye el primero de su tipo construido en Cuba dedicado a la naciente Revolución y el más representativo del muralismo mexicano emplazado en el país, significa el investigador puertopadrense Abel Sastre Matos, estudioso de la vida y obra de Electa.
De gran formato la obra está hecha de hormigón armado y recuerda el muralismo mexicano, apunta el historiador, quien destaca la representación histórica de las luchas del pueblo hasta el triunfo de la Revolución, y la posición vigilante en pos de la defensa de la libertad conquistada.
Seis figuras ciclópeas de alto relieve integran el mural. Las dos primeras figuras representan la opresión y el luto de nuestras mujeres, una figura masculina levanta a otra herida (o muerta) y una mujer que llora ante el sufrimiento.
La tercera representa al pueblo que se alza contra la fuerza represiva, representada por una figura masculina con un casco por cabeza y armas que salen de sus brazos.
Le sigue una paloma, que representa la paz obtenida tras el triunfo revolucionario y cerrando esta composición una figura andrógina armada y vigilante para defender la Revolución y evitar el retorno al pasado.
Por su especial significado el mural Canto a la Revolución está propuesto para su declaración como Monumento Nacional.
Revelando la historia legítima de la obra revolucionaria en una institución que se consagra al amor por la vida, el mural forma parte indispensable de los puertopadrenses, quienes le saben suyo desde hace 50 años.
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