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Dos de diciembre de 1956: preludio de la victoria definitiva

Dos de diciembre de 1956: preludio de la victoria definitiva

Por: Rosa María Ramírez Reyes.

De Tuxpan con la antorcha encendida 82 expedicionarios, liderados por Fidel Castro Ruz, partieron para liberar a la patria del tirano Fulgencio Batista; un yate, el Granma, les trajo hasta las costas orientales cubanas desde donde se inició entre montañas y llanuras la guerra por el definitivo triunfo de la nación.

Ideales puros que multiplicaban el valor, sueños de independencia, amor sin límites por la tierra oprimida, salieron de entre los combatientes que desembarcaron el 2 de diciembre de 1956 por Playas Las Coloradas.

Una premisa se había sembrado en aquellos jóvenes: ser libres o ser mártires, promesa pública hecha desde México por Fidel.

Tras el arribo a las costas cubanas del grupo se comenzó la gesta final; los expedicionarios se convirtieron en guerrilleros que poco a poco fueron sumando hombres y mujeres a la justa lucha hasta lograr un Ejército Rebelde heredero del Mambí, disuelto por los yanquis en1899.

Muchas y difíciles fueron las batallas que sobrevinieron al 2 de diciembre.

De aquel acontecimiento el General de Ejército Raúl Castro Ruz ha significado: “reanudábamos el combate inconcluso en el Moncada, donde habían caído tantos hermanos nuestros... Éramos la expedición armada con que habían soñado Mella y Guiteras para liberar a Cuba...”

A partir de entonces surgieron del Ejército Rebelde las Fuerzas Armadas Revolucionarias, esas que transcienden por la pulcritud y firmeza de sus hombres y mujeres, también por la luz que en cada aurora acuñan como tropa invicta.

Más de medio siglo atesoran las FAR y sin embargo se preserva joven, acumula la experiencia del ayer insurreccional y reverdece su hacer con los nuevos tiempos.

En cada mujer y hombre cubanos hay un soldado de la patria, no solo por convicciones sino porque además las Fuerzas Armadas Revolucionarias nos han formado; y es que vemos en ellas guía permanente en la preparación para la guerra de todo el pueblo.

Es así como vemos en el 2 de diciembre de 1956 el preludio de la victoria definitiva.

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