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La vejez: una gran fortuna

La vejez: una gran fortuna

Por: Rosa Maria Ramírez Reyes

Todavía queda brillo en sus miradas; a pesar de las huellas que el tiempo ha dejado sobre sus rostros, en ellos se dibuja la picardía de la experiencia acumulada, les complace ser anciano o anciana y vivir en un país donde constituyen grupo poblacional con una atención estatal priorizada.

En Puerto Padre como en toda Cuba la salud pública dirige un programa encaminado a proporcionarles los cuidados necesarios en la comunidad, a través del médico y la enfermera de la familia junto a otros especialistas de la medicina; mientras el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, INDER, creó los círculos de abuelos para la práctica sistemática de ejercicios.

A principios de esta década nacieron las cátedras del adulto mayor, donde aprenden a vivir la tercera edad con nuevas energías y sabiduría. Profesionales de diversas ramas de la sociedad se encargan de facilitarles el conocimiento; en tanto ellas y ellos como buenos discípulos les corresponden con su participación entusiasta en foros científicos, festivales culturales, deportivos, eventos de culinaria y otras iniciativas.

En pos de asegurar a ancianas y ancianos que los últimos años se vivan decorosamente surgieron también los hogares para su permanencia en caso de no tener familias; las casas de abuelos para la estancia durante el día y los mercaditos de la comunidad donde reciben la alimentación en cada jornada aquellos con bajo poder adquisitivo.

Abuelas y abuelos se saben aún útiles y por eso cooperan; se reúnen, conversan,  cantan, ríen bailan  y  también aportan experiencias en los oficios que desempeñaron por muchos años, imprimen una alegría extraordinaria a lo que ahora hacen, reconocen en el nuevo las capacidades indispensables para el futuro y les regalan lo aprendido.

Hoy es un día singular por eso no les podrían faltar las letras consagradas a su nobleza, ni tampoco el merecido homenaje.

El primero de septiembre se celebra el Día Internacional del Anciano, instituido por la Organización de las Naciones Unidas en memoria de Emma Godoy, escritora mexicana que dedicó su vida a trabajar incansablemente a favor de ese segmento poblacional.

En esta fecha ellas y ellos de cabellera blanca y caminar despacio brindan por la paz, esa condición humana a la que no renuncian porque comprenden muy bien su significado; haber vivido más de seis, siete…diez décadas les facilita los argumentos imprescindibles para hacer valer sus juicios y persuadir a los más nuevos que no hay otra alternativa en estos tiempos.

Abuelas y abuelos, en Puerto Padre se juntan en cálido encuentro para celebrar el día internacional del anciano y lo hacen justo cuando unos 200 puertopadrenses están a punto de iniciar las clases en una decena de sedes de la cátedra del adulto  mayor, en Puerto Padre.

La vejez: una gran fortuna, así es para estas mujeres y hombres la ancianidad,  razones les sobran.

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